Me encanta mi trabajo y considero que soy muy afortunada. Vivir de cerca un proceso tan emocionante y ser testigo de primera mano de un día único para cada una de las parejas, es un regalo para mí.
Me considero una persona empática, muy exigente y extremadamente perfeccionista. Con mis parejas me entrego al máximo y eso es algo que se traslada en nuestro trabajo en las Bodas. Cuido cada detalle como me gustaría que lo hicieran conmigo.
Sigo emocionandome en cada ceremonia y poniéndome nerviosa la noche antes de cada Boda, porque vivo con pasión vuestro día, que es el mío también.