En muchas ocasiones la recta final a una boda se convierte en un spring para los novios. Hay detalles que parecen esperar a última hora para surgir y otros que no hay más remedio que solucionar los días previos. Estos momentos pueden suponer tensiones en la pareja que en ningún caso debemos dejar que estropeen el objetivo final: Celebrar el comienzo de una vida en común, de un nuevo proyecto.
De modo que hoy, me gustaría haceros una recomendación. Parad un instante en esa borágine de detallitos para invitados, últimas pruebas de vestidos y peinados, búsqueda a la desesperada de unas medias sin puntera o comidas y cenas preboda con esos familiares que han llegado de fuera días antes del evento.