Hoy me gustaría hablaros de algo que está cobrando cada vez más protagonismo en las bodas, sobre todo si sueñas con una boda personalizada en la que se cuide el detalle.
Si eres de esas personas que disfrutan abriendo la caja de los recuerdos cualquier tarde de domingo en el sofá, eres de las mías. Esa caja en la que podemos encontrar desde la entrada de aquel musical en el que no paraste de reir, a la foto de tu época escolar en la que posas orgullosa con aquel dibujo que tanto te costó; tickets; recortes de canciones; un billete de dólar de tu viaje a Nueva York…
Si juntamos esa debilidad por guardar recuerdos con el feliz momento de estar pensando en casarte, es importante que prestes atención a lo que normalmente se conoce como rincón de los deseos o libro de recuerdos.
Es vuestra boda, un día único en el que hacéis partícipes directos a familiares y amigos de la felicidad que sentís, de lo emocionante del día, de las lágrimas que ruedan de pura emoción mezclándose con las risas. Es un día genial en el que comenzáis una nueva aventura y no está de más poder contar luego con un puñado de consejos, anécdotas o deseos de los que más quieres.
Yo, como wedding planner, siempre procuro darle un lugar especial a ese rincón de los deseos, presentarlo de manera atractiva, de modo que a todos les apetezca dejar un mensaje a los novios. ¡Imaginación al poder!. Basta con seguir los colores que hayais elegido para, al menos, poner un jarroncito con flores junto a un bonito libro en blanco con vuestra foto en portada. Y si vuestra boda mantiene una temática definida seguro que se os ocurre algo que encaje.
Sorprenderéis a vuestros invitados con algo diferente, que hará que ellos se diviertan y que vosotros disfrutéis en casa de un recuerdo para toda la vida. Merece la pena dedicarle su tiempo a idear algo distinto, ese rincón que, aún con el paso del tiempo, quede en la memoria de los allí presentes.
“¿Te acuerdas que chulo en la boda aquello de las mariposas para dejarles mensajes a los novios?”
