Amor a primera vista

Cuando una pareja te dice en una reunión que quiere que seas su wedding planner el alma se te llena de alegría y de responsabilidad a partes iguales. Porque es una decisión  que implica muchas cosas, pero que, por encima de todo, implica confianza. Confianza en que tu trabajo hará más especial, si cabe, su gran día. Confianza en que sabrás entender, interpretar y plasmar sus gustos, necesidades y personalidad en cada detalle del que te ocupes. Confianza para dejarse aconsejar, para compartir miedos y nervios inevitables según se acerque la fecha. Confianza en que estarás ahí el día de la boda pendiente de que todo esté tal y como habían planeado; o incluso de que quedará mejor de lo que jamás hubieran soñado. Y, todos sabemos lo dificil que es confiar a ciegas en alguien que no conoces.

Por eso, cuando Mar y Antonio me dijeron que contaban conmigo para su boda aludiendo a que conmigo había sido «amor a primera vista», grabaron esa frase en mi memoria seguramente sin saber lo feliz que me hacían.

Después, cada encuentro, cada conversación telefónica, ha ido confirmando que hemos congeniado perfectamente. Es fácil sentirse cómoda con ellos. Tienen claro que ese día lo quieren disfrutar, y también los días previos con todos los preparativos. Están ilusionados y muy enamorados. Quieren implicarse en cada decisión y lo hacen mirándose y sonriendo emocionados. ¡Así da gusto chicos!

Hoy os presento a esta pareja con una selección de fotos de su sesión preboda. Queda muy poquito para el enlace y la ilusión va creciendo según llega el día.

Las fotografías son obra de  José Bernal, con quien dijeron haber sentido también esa seguridad de que era una elección perfecta desde el  minuto uno. Y tras esta sesión  lo han confirmado. Se han sentido cómodos y el resultado les encanta. Así que estamos ya ansiosos pensando en el bonito reportaje que les hará el día del enlace.

Es importante sentirse cómodo con los profesionales que os acompañarán el día de la boda. Eso hará que el resultado sea el esperado y que no haya tensiones o momentos incómodos. Que todo fluya de una manera natural y que os permita relajaros y sentiros seguros.

Y, sobre todo, no hay que perder de vista que la boda es una celebración y que, como tal , hay que vivirlo. Recordar en todo momento que estáis celebrando el amor y no dejar que los nervios os impidan disfrutar.

Gracias Mar y Antonio por el cariño y esa confianza plena que habéis depositado en mí. Y gracias por hacerme partícipe de una historia de amor tan bonita.